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Chocohongos: ¿espiritualidad moderna o simple moda urbana?

¿De dónde vienen el termino chocohongos? En México, hablar de hongos alucinógenos no es cosa nueva ni moda pasajera. Desde hace siglos, pueblos indígenas, sobre todo en Oaxaca, han usado los famosos Psilocibe en rituales chamánicos y ceremonias espirituales. Para ellos no era un juego ni una fiesta, sino un encuentro con lo sagrado, un camino para sanar y conectar con el universo.

El nombre en náhuatl lo dice todo: teonanácatl, “la carne de los dioses”. Esa visión mística ha acompañado generaciones enteras y marcó la identidad cultural de comunidades enteras.

¿Qué son exactamente los chocohongos (Psilocibe)?

Cuando se habla de hongos alucinógenos en México, la mayoría se refiere a los del género Psilocibe, que contienen psilocibina y psilocina, dos compuestos capaces de alterar la percepción y abrir la puerta a experiencias intensas: colores más brillantes, sonidos diferentes, distorsión del tiempo y hasta momentos de introspección profunda.

 Psilocibe,  Chocohongos

Los más conocidos en tierras mexicanas son el Psilocibe mexicana y el Psilocibe cubensis. En dosis bien medidas, pueden ser una herramienta espiritual poderosa; pero en exceso o en contextos sin guía, la experiencia puede volverse abrumadora.

¿Quién fue María Sabina y que tiene que ver con los chocohongos ?

Hablar de hongos en México sin mencionar a María Sabina sería como hablar de tequila sin decir Jalisco. Esta chamana mazateca de Huautla de Jiménez se convirtió en la gran embajadora del uso ceremonial de los hongos sagrados.

En los años 50, abrió las puertas de su tradición a investigadores y extranjeros, como el etnobotánico R. Gordon Wasson, quien documentó su experiencia y desató la curiosidad mundial por los hongos alucinógenos.

Para María Sabina, los hongos eran niños santos, un puente directo con lo divino. Su consumo nunca fue entretenimiento; era un acto de respeto, sanación y conexión espiritual. Gracias a ella, Occidente conoció un mundo que hasta entonces permanecía oculto.

¿Qué son los famosos “chocohongos”?

Del bosque a la discoteca, así podría resumirse la transformación de los hongos en la actualidad. Hoy en día, en lugares como Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, lo que manda en fiestas de las clases altas son los chocohongos: hongos mezclados con chocolate para suavizar su sabor y hacerlos más atractivos.

El chocolate, además de mejorar el ánimo, combina bien con los efectos de la psilocibina, lo que genera una experiencia más “placentera”. Para algunos, comer chocohongos en una fiesta es símbolo de estatus, moda y hasta rebeldía urbana.

En redes sociales abundan videos de gente documentando sus “viajes”, lo que ha disparado la curiosidad de muchos jóvenes. Pero claro, aquí ya no hablamos de ritual ni respeto, sino de entretenimiento psicodélico con toque fifí.

¿Se está perdiendo el sentido espiritual?

La gran pregunta es si esta moda de los chocohongos está vaciando de significado una tradición milenaria. Para los pueblos indígenas, consumir hongos es una experiencia sagrada que requiere guía, preparación y un propósito. En cambio, en el contexto urbano moderno, se ha convertido en una excusa para pasarla bien en una fiesta.

Expertos y defensores de la tradición temen que esta tendencia no solo trivialice la práctica, sino que provoque sobreexplotación de los hongos silvestres, afectando la disponibilidad para las comunidades que históricamente los han usado en ceremonias de sanación.

¿Qué efectos tienen en el cuerpo y la mente los chocohongos ?

La psilocibina actúa directamente en los receptores de serotonina del cerebro. Eso se traduce en sensaciones intensas: euforia, percepciones alteradas, creatividad desbordante y hasta experiencias espirituales profundas.

En un entorno controlado, puede ser una experiencia transformadora. Pero en una fiesta, con música alta, alcohol y cero contención, la cosa puede salirse de control. Hay quienes terminan con ansiedad, miedo o episodios difíciles de manejar. No por nada los chamanes insisten en el respeto al ritual.

¿Y qué pasa con el turismo de hongos en Oaxaca?

A pesar de la moda urbana, en lugares como Huautla de Jiménez todavía existen ceremonias guiadas por chamanes. Personas de México y del extranjero viajan buscando una experiencia auténtica y espiritual.

Este turismo genera debate: unos dicen que comercializa lo sagrado; otros, que ayuda a preservar la tradición y genera ingresos para las comunidades. Lo cierto es que cada vez más viajeros buscan experiencias guiadas y respetuosas, en vez de solo experimentar en fiestas.

¿Moda pasajera o futuro de la psilocibina?

La popularidad de los chocohongos refleja un choque cultural: lo sagrado convertido en moda urbana. Para algunos, es un paso hacia la aceptación social de la psilocibina y su uso terapéutico; para otros, es un ejemplo de cómo la élite trivializa prácticas ancestrales.

La psilocibina ya se estudia en laboratorios por sus posibles beneficios contra la depresión y la ansiedad. Pero en paralelo, los chocohongos en fiestas muestran el lado superficial y comercial de este fenómeno.

El consumo de hongos en México es un espejo de nuestra historia: raíces indígenas, cultura chamánica, turismo espiritual y ahora moda fifí en fiestas urbanas. La pregunta es si sabremos equilibrar el respeto por la tradición con la curiosidad moderna, o si todo quedará reducido a un post de Instagram con filtro psicodélico.

Y tú, ¿crees que los chocohongos son una nueva forma de explorar o una apropiación cultural disfrazada de diversión?

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