En México, el consumo de hongos alucinógenos, específicamente los conocidos como Psilocibe, tiene profundas raíces culturales.
Estos hongos han sido utilizados por pueblos indígenas en ceremonias chamánicas y rituales espirituales durante siglos, especialmente en la región de Oaxaca.
No obstante, en los últimos años han surgido formas de consumo moderno, como los “chocohongos”, que son hongos mezclados con chocolate y que han ganado popularidad en las fiestas de las clases altas en México -cuyo calificativo, «fifís», se ha popularizado en los últimos años-.
Puntos clave
- El consumo de hongos silvestres como alucinógenos es una actividad relativamente común en México.
- María Sabina es la máxima figura representativa del movimiento chamánico mexicano.
- Se critica la trivialización de lo que debería ser una práctica espiritual por parte de las clases altas.
Los Hongos Alucinógenos en México: ¿Cuáles Son y Por Qué Son Únicos?
Los hongos alucinógenos que se consumen en México pertenecen principalmente al género Psilocibe, conocidos por contener compuestos psicoactivos como la psilocibina y la psilocina, que provocan efectos visuales y sensoriales en quienes los ingieren. En México se encuentran varias especies de estos hongos, pero los más conocidos son Psilocibe mexicana y Psilocibe cubensis.
Los efectos de estos hongos pueden variar, desde visualizaciones intensas y alteración de la percepción del tiempo, hasta experiencias de introspección profunda.
En dosis adecuadas, se dice que pueden generar estados de conexión espiritual y comunión con el entorno, lo que los convierte en herramientas poderosas en contextos ceremoniales. En la tradición indígena mexicana, los hongos no son solo una forma de experimentar la realidad de forma diferente, sino que se consideran un camino hacia el autoconocimiento y la sanación.
María Sabina y la Cultura Chamánica en Torno a los Hongos Alucinógenos
El legado de los hongos alucinógenos en México no se puede contar sin hablar de María Sabina, la famosa chamana mazateca que compartió la ceremonia de los hongos sagrados con el mundo.
María Sabina vivía en Huautla de Jiménez, en la sierra de Oaxaca, y fue una de las primeras en abrir los rituales mazatecos de consumo de hongos a personas ajenas a su comunidad, incluidos extranjeros y estudiosos.
Fue a través de ella que se popularizó el uso de los hongos en Occidente, especialmente después de la visita del etnobotánico R. Gordon Wasson en los años 50, quien documentó su experiencia en ceremonias de hongos y generó un interés mundial.
Para María Sabina, los hongos tenían un carácter sagrado, y su consumo no era un entretenimiento, sino un acto de conexión espiritual.
En la cultura chamánica, estos hongos se consideran “niños santos” o “teonanácatl” (carne de los dioses, en náhuatl). Durante los rituales, el chamán o guía se conecta con las energías espirituales para sanar o guiar a los participantes, y los hongos permiten a los participantes atravesar un proceso de autoconocimiento profundo y de sanación emocional.
De la Tradición al Lujo: Chocohongos en Fiestas de las Clases Altas
En la actualidad, el consumo de hongos alucinógenos ha migrado de su contexto tradicional a un ambiente mucho más informal y recreativo, especialmente en fiestas de clase alta en ciudades como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
Los “chocohongos” han ganado popularidad, pues la mezcla de hongos con chocolate facilita su consumo y reduce el sabor terroso y amargo característico de estos hongos. Además, el chocolate tiene efectos estimulantes y mejora el estado de ánimo, lo cual se combina con los efectos psicoactivos de los hongos, resultando en una experiencia más placentera.
Estos chocohongos se han convertido en un símbolo de estatus y una forma de explorar la “espiritualidad” en un contexto urbano y moderno, aunque desprovisto de la estructura ritual que caracteriza a los usos tradicionales.
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— La Tía Sandra (@TuTiaSandra) October 29, 2024
Me entero que en México está de MODA usar los HONGOS MÁGICOS en bodas, quince años y pequeñas reuniones; los presentan como Choco Hongos (chocolates) y los combinan con alcohol.
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Para muchos, consumir chocohongos en una fiesta es una manera de experimentar algo “exótico” y de moda, vinculado a la contracultura y al “espíritu libre”, aunque sin el compromiso que implica un ritual chamánico.
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— La Tía Sandra (@TuTiaSandra) October 28, 2024
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Las redes sociales han amplificado esta tendencia, pues los asistentes documentan sus experiencias y comparten momentos de introspección o de alegría desbordante, aumentando la curiosidad y el interés por los hongos.
La Pérdida del Significado Ritual y la Comercialización de los Hongos
A medida que el consumo de chocohongos se vuelve más común en círculos urbanos de clase alta, algunos activistas y expertos en cultura indígena cuestionan si esta tendencia trivializa una práctica ancestral de gran profundidad espiritual.
Desde la perspectiva chamánica, consumir hongos es una forma de entrar en contacto con el mundo espiritual y es una práctica que requiere respeto, preparación y un propósito claro. Sin embargo, en su versión moderna, este consumo está cada vez más alejado de estos valores.
Muchos defensores de la tradición temen que la popularidad de los chocohongos lleve a una sobreexplotación de las especies de hongos, poniendo en riesgo su sustentabilidad y su acceso para las comunidades que históricamente los han utilizado en ceremonias de sanación.
Además, advierten que el consumo en contextos no rituales puede provocar experiencias difíciles o traumáticas para quienes no están preparados para enfrentar los efectos intensos de la psilocibina.
El Resurgimiento del Turismo de Hongos y las Experiencias Guiadas
A pesar de la adopción moderna de los hongos en fiestas urbanas, aún existen opciones para aquellos interesados en explorar el uso ceremonial tradicional de los hongos.
En Oaxaca y otras regiones, se ofrecen ceremonias de hongos guiadas por chamanes, en las que los participantes pueden vivir una experiencia espiritual en un contexto respetuoso y seguro. Este tipo de turismo está dirigido a personas que buscan entender los aspectos culturales y sanadores de los hongos alucinógenos.
Es importante señalar que este turismo también ha suscitado controversia, ya que algunos cuestionan si la comercialización de las ceremonias puede desvirtuar su significado.
Sin embargo, quienes trabajan en preservar las tradiciones indígenas argumentan que estas ceremonias permiten a las comunidades obtener ingresos mientras comparten sus conocimientos y valores culturales con respeto.
La Psilocibina y los Efectos de los Chocohongos en el Cuerpo y la Mente
La psilocibina, el compuesto activo de los hongos, tiene efectos profundos en el cerebro.
Actúa sobre los receptores de serotonina, lo que puede llevar a cambios en la percepción, en la interpretación de los sentidos y en la capacidad de introspección.
Los usuarios de los hongos experimentan efectos que pueden variar desde euforia, alteración de la percepción del color y sonido, hasta momentos de profunda reflexión. Sin embargo, estos efectos pueden ser impredecibles y dependen de la dosis y del entorno.
Cuando se consume en fiestas, la psilocibina puede llevar a estados de alegría colectiva y de creatividad, lo que contribuye a su popularidad en eventos sociales.
Sin embargo, los efectos también pueden ser abrumadores, sobre todo si se mezclan con otras sustancias o si no se está preparado para la intensidad de la experiencia.
Reflexión Final: ¿El Futuro de los Chocohongos en México?
El consumo de chocohongos en México refleja cómo los hongos alucinógenos han pasado de ser herramientas espirituales a convertirse en una moda en la vida urbana.
Aunque algunos ven este fenómeno como un reflejo de la evolución de la cultura, otros advierten sobre los riesgos de trivializar y descontextualizar una práctica ancestral.
La popularidad de los chocohongos puede fomentar una mayor aceptación del uso de psilocibina y abrir la conversación sobre sus potenciales aplicaciones terapéuticas y espirituales. Sin embargo, es fundamental recordar las raíces culturales de estos hongos y respetar los valores de las comunidades que durante siglos han preservado este conocimiento.
Y tú, ¿habías escuchado hablar de los chocohongos? ¿Te parece una apropiación cultural respetuosa o elitista? Cuéntanos en los comentarios.