Si has escuchado alguna vez a alguien decir “¡qué naco!”, seguro te has preguntado qué implica esa palabra y por qué duele tanto. En México, “naco” no es solo un insulto al gusto, también es una etiqueta cargada de clasismo.
Se usa para señalar a alguien o algo considerado vulgar, de mal gusto, inculto o sin urbanidad. Y aunque pareciera solo una crítica a la estética, detrás hay todo un juicio social: distingue quién está “bien” cultural o económicamente de quien no.
¿De dónde viene la palabra naco?
El origen de la palabra es más complejo de lo que crees. Algunos dicen que viene de “totonaco”, un grupo indígena de Puebla y Veracruz, usado de manera despectiva. Otros la relacionan con el náhuatl xinácatl, que significa “persona desarrapada”, pasando por chinaco. Sea cual sea su raíz, lo cierto es que “naco” ha acompañado a México desde hace siglos, reflejando una estructura social jerárquica donde lo popular y lo indígena eran despreciados.
Lo curioso es que, con los años, artistas y movimientos populares han intentado resignificarlo. Expresiones como “naco es chido” buscan exaltar lo popular como orgullo cultural. Hoy, llamar a alguien “naco” puede ser tanto un insulto como un guiño de autenticidad: todo depende del contexto y del ojo que juzga.
¿Qué significa ser «naco»? y ¿Por qué llamarle “naco” a alguien es clasista?
Ser naco no siempre tiene que ver con dinero. A veces basta con gustos distintos, maneras de hablar o de vestirse. Es un juicio de valor que refleja la estratificación social: lo que unos consideran de mal gusto, otros lo ven natural o auténtico. Aquí entra el problema: la palabra reproduce prejuicios de clase, porque señala a quienes no cumplen con estándares impuestos por sectores acomodados.
Por ejemplo, la música, la ropa, el acento o incluso la forma de divertirse puede marcar a alguien como “naco”. Y aunque para muchos jóvenes y creadores lo popular tiene valor, sigue siendo motivo de burla entre quienes se sienten culturalmente superiores. Al final, ser naco se convierte en un marcador de identidad, un reflejo de cómo la identidad cultural y la clase social se entrelazan en México.
¿Cómo lo “naco” se volvió tendencia?
Lo más irónico es que hoy ciertos elementos considerados “nacos” son objeto de moda cuando la clase alta los adopta. Un buen ejemplo es la ropa de segunda mano, o lo que llamamos “la paca”. Antes, la paca era sinónimo de economía ajustada, ahora es un tesoro vintage o sustentable en manos de influencers.
¿Ya fuiste a la #Paca? 🧶👕👚
— PUMAGUA (@PUMAGUA) August 4, 2025
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Los bazares y ferias populares que antes eran para la clase trabajadora ahora aparecen en zonas hipsters o en centros gourmet. Lo que antes era parte de la vida comunitaria ahora se vende como experiencia exclusiva. Así, lo que era “naco” se convierte en cool, pero con un precio que excluye a quienes lo inventaron. Aquí se ve claramente cómo la moda reinterpreta lo popular sin cuestionar el clasismo que lo etiquetó.
¿Chanclas Havaianas de 690 dólares? Sí, ser naco también es fashion
Las tradicionales Havaianas, calzado económico y símbolo de la clase trabajadora, pasaron de ser vistas como “horteras” a ser íconos de lujo en colaboraciones con marcas como Dolce & Gabbana. Incluso en Copenhagen Fashion Week, las chanclas de plataforma se coronaron como el “calzado oficial del verano 2025”.
Se acuerdan de estas chanclas que estaban de super moda hace unos años y que costaba como $100 pesos
— Yuriqo (@yuriqo_o) June 24, 2024
pues en mango la tienen en 1499
¡mil kinientooo pesoo! pic.twitter.com/wgNK4kHASw
Este fenómeno demuestra cómo lo cotidiano y popular se transforma en tendencia cuando llega a manos de quienes tienen poder económico y mediático. Lo que antes se veía como ser naco ahora es chic… siempre que tengas el dinero y el contexto social para comprarlo. Así, lo que en un barrio es vulgar, en una pasarela es arte, evidenciando la relación entre identidad cultural y exclusión social.
¿Es posible resignificar lo “naco”?
Sí. Hay movimientos que intentan quitarle el estigma a la palabra. Desde artistas urbanos hasta campañas culturales, se trata de celebrar lo popular y convertirlo en orgullo. Expresiones como “naco es chido” no solo cuestionan la autoridad de quienes juzgan, sino que también reivindican tradiciones y gustos de comunidades marginadas.
Lo interesante es que esto no borra el clasismo, pero sí permite que lo “naco” sea reinterpretado como símbolo de creatividad y autenticidad. La próxima vez que escuches a alguien decir “qué naco”, recuerda que detrás hay historia, desigualdad y la posibilidad de transformación cultural.
¿Entonces ser naco es malo o solo percepción social?
En realidad, todo depende de cómo lo veas. Ser naco puede ser un insulto, pero también una manera de celebrar lo auténtico y lo popular. Más que un juicio sobre dinero, es un reflejo de gustos, hábitos y expresiones culturales. Lo que para algunos es vulgar, para otros es orgullo de identidad.
En Coffee Queens hablamos de esto sin filtros, con humor y honestidad. Analizamos cómo lo naco atraviesa clases sociales, cómo cambia con la moda y cómo algunos lo resignifican para cuestionar estereotipos. Porque al final, la palabra refleja tanto los prejuicios de nuestra sociedad como la riqueza de nuestra cultura.
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