¿El personaje de una película puede convertirse en la personalidad de alguien?
Junto a Mack Estrada, en este episodio de Misterioso Placer te invitamos a conocer la historia de Florencio Fernández, el vampiro de Argentina, que está llena de misterio.
El vampiro nació en Tucuman, Monteros, Argentina.
De él existen versiones encontradas de su infancia:
Algunos dicen que de pequeño le fue diagnosticada un tipo de psicosis, que se convertiría en esquizofrenia de mayor.
De acuerdo con algunas historias, su familia era muy humilde y su locura causó que fuera abandonado a su suerte.
Otros dicen que tenía hermanos, dedicados a la delincuencia, quienes se aprovechaban de su estado mental para hacerlo cometer crímenes.
Cualquiera que haya sido el caso, Florencio nunca recibió el tratamiento necesario.
En lo que la mayoría de las versiones están de acuerdo era que el pequeño, era fanático del cine.
Ya sea que mendigara o robara el dinero, consiguió ir a ver la película de Drácula de Tod Browning.
Loco o cuerdo, la impresión con lo que vió causó que Florencio se identificara con el vampiro de la película, cosa que cambió su vida para siempre.
Su primer crimen ocurrió en 1953, y cabe señalar que en la comunidad donde vivía hacía mucho calor, así que la gente usualmente dormía con las ventanas abiertas.
Usando las habilidades que aprendió como ladrón, o vigilando a las personas desde la calle, eligió una víctima.
Escaló la ventana tras la cuál una mujer dormía, y con un martillo la golpeó en la cabeza hasta que quedó agonizante; entonces, mordió su cuello repetidas veces, hasta que le hizo una herida por la cuál se desangró mientras él tragaba su sangre.
Los relatos de la época hablan de una comunidad aterrada, una policía consternada por la evidencia y un vampiro suelto en las calles.
Esta situación continuaría por 6 años, en los que al menor descuido, un vampiro podría llegar a tu ventana.
Los investigadores estaban estupefactos, pues la escena del crimen siempre era igual:
Una mujer muerta, desangrada del cuello que había sido arrancado y un martillo a su lado. Si acaso, de vez en cuando, había señales de forcejeo.
Los policías de la zona finalmente aceptaron que necesitaban ayuda, recibieron refuerzos y comenzaron una nueva investigación.
Florencio, tras el abandono de su familia, se había convertido en un ermitaño que vivía en una cueva a las afueras de la comunidad.
Los investigadores encontraron que todas las víctimas vivían cerca de esta cueva, habitada por un indigente, y le montaron vigilancia.
Un día, cuando se preparaba para cometer uno más de sus crímenes, fue detenido por la policía.
Recuentos de la época dicen que Florencio aceptó su destino, y que incluso parecía aliviado.
Lo detuvieron antes de que pudiera matar a la víctima número 16, pero ya 15 mujeres habían muerto en los colmillos del vampiro de Argentina.
Una vez detenido, por sus problemas mentales, se decidió que no era apto para la vida de prisión y Florencio pasó el resto de sus días internado en un hospital psiquiátrico.
La historia de Florencio nos revela un misterioso placer detrás del séptimo arte, y su insospechada duda: ¿El personaje de una película puede convertirse en la personalidad de alguien?