La Polémica de American Eagle y Sydney Sweeney, la marca de ropa American Eagle y la actriz Sydney Sweeney se encuentran en el centro de una de las controversias publicitarias más intensas de los últimos años. Lo que comenzó como una campaña publicitaria de vaqueros se transformó en un debate global sobre los estándares de belleza, el racismo y la eugenesia, impulsado por un juego de palabras y la rápida viralización en redes sociales. El incidente no solo generó conversación, sino que también tuvo un impacto tangible en la marca, demostrando la fragilidad de las campañas de marketing en el mundo actual.
La Polémica de American Eagle y Sydney Sweeney: “Sydney Sweeney Has Great Jeans”
Para la campaña publicitaria de American Eagle, eligieron a Sydney Sweeney, conocida por sus papeles en series como Euphoria y White Lotus. El eslogan, “Sydney Sweeney Has Great Jeans”, se basó en un juego de palabras en inglés, donde “jeans” (pantalones de mezclilla) suena idéntico a “genes”. En el video, la actriz habla sobre cómo los genes se transmiten de padres a hijos, determinando rasgos como el color de cabello y ojos, antes de hacer la conexión con sus pantalones.
La publicidad de #SydneySweeney y American Eagle tiene polémica por su frase “Sydney Sweeney has great genes”, cambiando “genes” por “jeans”.
— Cinéfilo de alma (@Cinefilodealma) July 28, 2025
Lo creen un mensaje eugenista, donde ella es la mujer ideal para tener hijos por sus dotes “hegemónicos” (rubia, ojos claros y gran cuerpo pic.twitter.com/W9L0qIcgTn
A primera vista, la campaña parecía una jugada de marketing inteligente, una forma de destacar la belleza de la actriz y la calidad de la ropa. Sin embargo, la premisa se desvió rápidamente hacia un territorio controvertido. La imagen de Sydney Sweeney, una mujer rubia, de ojos azules y con una figura idealizada según los estándares occidentales, llevó a muchos a interpretar el mensaje de una manera mucho más oscura y, según sus críticos, peligrosa.
La Reacción: De las Redes Sociales a la Esfera Política
La controversia explotó en redes sociales. Muchos usuarios y analistas acusaron a la campaña de promover ideas de supremacía blanca y eugenesia. La combinación del eslogan “buenos genes” con la imagen de una mujer blanca, rubia y de ojos azules, generó indignación en un contexto de tensiones raciales en Estados Unidos. La situación se agravó cuando se supo que Sydney Sweeney es una votante republicana, lo que añadió un componente político a la discusión. La polémica se intensificó aún más cuando el expresidente Donald Trump elogió el anuncio, defendiendo a la actriz y a la marca contra lo que llamó «la agenda woke«. Su comentario propulsó las acciones de American Eagle en la Bolsa, demostrando que la controversia, a veces, puede ser rentable.
La marca intentó mitigar el daño con un comunicado en Instagram donde afirmaba que la campaña siempre se había tratado de los vaqueros y no de los genes de la actriz, y que las ganancias de la venta de los pantalones beneficiarían a una organización de salud mental. Sin embargo, para muchos, la explicación resultó insuficiente. La polémica ya había tomado vuelo propio, con defensores y detractores debatiendo acaloradamente en todas las plataformas.
El intento de cancelación de la campaña de Sydney Sweeney para American Eagle pone de manifiesto el odio que tienen a la mujer blanca occidental, especialmente si es muy atractiva. No hay que dejarse cancelar. pic.twitter.com/2um9cYCl4w
— Sr.Liberal (@SrLiberal) August 2, 2025
Un Golpe a la Reputación, un Impulso en la Bolsa
El impacto de la controversia fue notable y paradójico. Por un lado, la marca recibió una ola de críticas, y según informes, el tráfico peatonal en sus tiendas se redujo un 9% en las semanas posteriores al lanzamiento. Por otro lado, la atención mediática gratuita, impulsada en gran medida por figuras como Trump, hizo que el nombre de American Eagle estuviera en boca de todos. La situación nos enseña una lección importante sobre la era de las redes sociales: la intención de un mensaje puede perderse rápidamente, y una campaña puede ser interpretada de formas que sus creadores nunca imaginaron. La polémica de American Eagle y Sydney Sweeney es un claro ejemplo de cómo una simple campaña publicitaria puede convertirse en un espejo de las tensiones sociales y políticas de un país, un recordatorio de que cada decisión de marketing se evalúa bajo un escrutinio constante y sin piedad.