La comunidad científica internacional se encuentra en alerta ante la posibilidad de que fragmentos del satélite soviético Cosmos 482, lanzado hace más de cinco décadas, realicen una reentrada no controlada a la atmósfera terrestre en los próximos días. Aunque la mayoría del artefacto se desintegrará por el calor extremo generado por la fricción con el aire. No se descarta la llegada de algunos trozos de mayor tamaño a la superficie de nuestro planeta.
¿Por qué el satélite Cosmos 482 podría caer a la tierra?
El Cosmos 482, cuyo nombre clave en la Unión Soviética era «Venus-4V», fue lanzado el 31 de marzo de 1972. Con el objetivo de explorar el planeta Venus. Sin embargo, una falla en la etapa superior del cohete impidió que alcanzara su destino, dejándolo en una órbita terrestre baja e inestable. Desde entonces, la fuerza de la gravedad y la resistencia atmosférica han ido reduciendo su altitud de manera gradual.
📌 The Soviet spacecraft Kosmos 482, which was launched to go to Venus in 1972 but could not leave orbit, will fall uncontrolled to Earth in May. pic.twitter.com/EJBaBEH9wD
— 𝕬𝖐ı𝖓𝖈ı (@soneerbozkurt) April 26, 2025
Expertos en seguimiento espacial de diversas agencias, como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), están monitoreando de cerca la trayectoria del satélite. Los cálculos actuales sugieren que la reentrada podría ocurrir en cualquier momento entre las próximas 24 y 72 horas. Aunque esta ventana de tiempo es susceptible a cambios debido a las variaciones en la densidad atmosférica y la actividad solar.
La incertidumbre sobre el punto exacto de impacto es alta. La Tierra es un planeta vasto, cubierto en su mayoría por océanos. Lo que aumenta la probabilidad de que cualquier fragmento sobreviviente caiga en zonas deshabitadas o en el mar. Sin embargo, la posibilidad de que alcance áreas pobladas no puede descartarse por completo.
¿Cuáles son las posibilidades de que Cosmos 482 cause daños a una población?
A forgotten Soviet space probe, Cosmos-482, launched on March 31, 1972, is expected to re-enter Earth's atmosphere between May 8 and 11, 2025. Originally intended for a Venus mission, the spacecraft failed to leave Earth's orbit due to a malfunction in its upper-stage timer,… pic.twitter.com/07yGsUjmB9
— Black Hole (@konstructivizm) April 27, 2025
Históricamente, la reentrada de objetos espaciales de gran tamaño ha sido un fenómeno relativamente común. La mayoría de las veces, los restos se desintegran por completo sin causar daños. No obstante, existen antecedentes de fragmentos que han llegado a la superficie, como el caso del satélite estadounidense Skylab en 1979, cuyos restos se dispersaron sobre el océano Índico y Australia Occidental.
Científicos explican que el Cosmos 482 es un objeto considerable, con una masa estimada de alrededor de una tonelada. Esto significa que algunos de sus componentes más resistentes, fabricados con materiales como el titanio o el acero inoxidable, podrían sobrevivir al arduo viaje a través de la atmósfera. Entre estos posibles restos se incluyen tanques de combustible o partes de la estructura principal del satélite.
Las autoridades de diversos países se mantienen en alerta y han emitido recomendaciones a la población. Aunque el riesgo de ser alcanzado por un fragmento espacial es extremadamente bajo, se aconseja a las personas que reporten cualquier objeto inusual que encuentren y que eviten tocarlo o manipularlo, ya que podría contener materiales peligrosos o bordes afilados.
Just looked at Cosmos-482 Debris orbit (believed to be the reentry capsule of failed Venera-8 backup spacecraft, with the lander still inside) and it changed significantly in the recent years. In 2019 it was still about ~200x2500km, now its ~174x734km.https://t.co/GWBcWFynjR pic.twitter.com/ihnBN4I4s1
— afec7032 🇷🇺 (@robert_savitsky) January 29, 2025
La reentrada del Cosmos 482 subraya la creciente problemática de la basura espacial que orbita nuestro planeta. Miles de objetos, desde satélites fuera de servicio hasta restos de cohetes, circulan a gran velocidad, representando un peligro para las misiones espaciales activas y, en menor medida, para la Tierra. La comunidad internacional está trabajando en el desarrollo de tecnologías y estrategias para mitigar este problema y garantizar la sostenibilidad de las actividades espaciales a largo plazo.