En el nuevo episodio de Coffee Queens, sacamos la taza de café, el chisme y el humor para hablar de eso que los hombres aún no logran descifrar del universo femenino.
Sí, esas pequeñas cosas de mujeres que nos hacen únicas, incomprensibles y, por qué no, un poquito caóticas. ¿Por qué necesitamos mil productos para el skincare? ¿Por qué cambiamos de outfit tres veces antes de salir? ¿Y por qué decimos “nada” cuando claramente no es nada?
Entre risas, confesiones y uno que otro momento de autocrítica, abrimos el debate sobre esas diferencias que hacen que convivir entre mujeres y hombres sea un arte digno de estudio. Así que prepárate, porque esta guía con humor y verdad puede salvar más de una relación.
LA MUJER no se puede copiar ni con cirugías, hormonas o ideología.
— dejanira (@dejanirasilveir) April 7, 2025
La mujer no fue creada para hacer lo que hace un hombre. La mujer fue creada para hacer todo lo que un hombre no puede hacer.
Pueden disfrazarse, autopercibirse, pero nunca podrán igualar la esencia, la… pic.twitter.com/sYx3o3mb9I
¿Por qué las mujeres decimos “no tengo nada” cuando claramente sí?
A ver, este clásico merece su propio altar.
Si un hombre recibe esa frase, lo más probable es que entre en pánico o haga lo que sabe: quedarse callado. Pero detrás del “no tengo nada” hay un torbellino de pensamientos, emociones y pequeñas frustraciones que no siempre sabemos cómo explicar.
El problema es que ellos no son adivinos, y por más buena voluntad que tengan, no hay manera de que descifren todo lo que pasa por nuestra mente. Lo ideal aunque cuesta es hablar con claridad. Pero admitámoslo, a veces preferimos que lo intuyan. Spoiler: jamás pasará.
¿Por qué los hombres no logran entender lo que pasa por nuestra cabeza?
Porque ni nosotras entendemos todo el tiempo lo que pasa por la nuestra.
Pero sí, hay momentos en los que necesitamos saber en qué piensan. Los vemos con la mirada perdida y en nuestra cabeza empieza la película: “¿estará molesto?, ¿pensando en su ex?, ¿planeando su futuro conmigo?”… y no, probablemente solo están pensando en nada.
Mientras nosotras analizamos cada palabra, ellos pueden tener la mente en blanco sin culpa. Es una habilidad digna de estudio, y también una de las cosas que más nos desespera.
¿Por qué las mujeres cambiamos de humor en segundos?
Misterio nacional.
Entre hormonas, estrés, pendientes y café de más, nuestro humor puede dar un giro de 180° sin previo aviso. Para los hombres, esto es tan desconcertante como ver un eclipse sin lentes: quieren mirar, pero no saben si deberían.
Lo cierto es que a veces solo necesitamos espacio, una siesta o un abrazo sin preguntas. No es drama, es naturaleza.
¿Por qué los hombres no entienden que necesitamos nuestro espacio?
Nos encanta el romance, las citas, los mensajes y los detalles, pero también amamos estar solas.
Un ratito de silencio, una tarde con amigas o simplemente tiempo para hacer nada. Sin embargo, muchos hombres creen que eso significa que algo anda mal. Spoiler: no, solo queremos respirar un poco.
Y ya que estamos en confianza, también hay que aceptar que ellos también necesitan su espacio, su partido, su cerveza o su rato con los amigos. Extrañarse también mantiene viva la chispa, así que no está de más recordarlo.
¿Por qué las mujeres compramos tacones si amamos los tenis?
Ah, el eterno dilema del clóset.
Podemos tener 20 pares de zapatos, pero si vemos unos nuevos, algo dentro de nosotras se activa. Aunque amemos los tenis, los tacones tienen un poder distinto, una especie de “boost” de autoestima que solo entendemos nosotras.
Los hombres no lo comprenden, y está bien. Ellos verán un gasto, pero para nosotras es inversión emocional.
¿Por qué los hombres se desesperan cuando tardamos en arreglarnos?
“Solo 15 minutos”, decimos, mientras sabemos perfectamente que será media hora… o una hora.
Pero no es por vanidad (bueno, no siempre). Es porque disfrutamos el proceso, el maquillaje, el outfit, el cabello. Es nuestro ritual antes de salir, una forma de sentirnos seguras y listas para brillar.
Y sí, sabemos que ellos no lo entenderán jamás, pero igual seguirán esperándonos.
¿Por qué las mujeres pueden pasar horas de shopping?
Porque no es solo comprar, es terapia.
Caminar, ver ropa, probar cosas que no necesitamos… es parte del proceso. Los hombres, en cambio, van al centro comercial, compran lo que buscan y se van.
Nosotras lo convertimos en toda una experiencia. Y aunque a ellos les cueste entenderlo, ese paseo entre percheros nos recarga el alma.
¿Por qué los hombres no entienden nuestras dietas?
Mientras ellos disfrutan su hamburguesa sin culpa, nosotras analizamos cada bocado.
Sí, cuidamos lo que comemos, no por vanidad sino por bienestar (aunque un poco también por vanidad). Ellos no entienden por qué nos levantamos más temprano para hacer ejercicio o nos saltamos la cena, pero así somos. Queremos sentirnos bien con nosotras mismas.
¿Por qué los hombres no entienden que no queremos cambiar todo, pero sí un poquito?
Aceptamos sus manías, su humor y sus defectos, pero a veces —solo a veces— queremos darles una “ayudadita”.
El problema es que ellos lo interpretan como crítica. No se trata de cambiar, sino de mejorar juntos, aunque claro, eso rara vez lo ven así.
¿Por qué las mujeres seguimos dándole vueltas a los temas?
Porque para nosotras nada se cierra del todo.
Podemos haber resuelto algo, pero si queda una mínima duda, ahí estaremos analizándolo. Ellos lo ven como asunto cerrado, nosotras como “pendiente emocional”. Así funcionamos, no hay más.
En conclusión: ¿podremos algún día entendernos del todo?
Probablemente no, y eso está bien.
El encanto de las relaciones entre mujeres y hombres está precisamente en las diferencias. En esos momentos donde nada tiene sentido, pero igual nos reímos, aprendemos y seguimos intentando entendernos.
Porque al final, no se trata de resolver el misterio del otro, sino de disfrutarlo.
Y si te quedaste con la curiosidad o las ganas de seguir riéndote de estas diferencias, no te pierdas más episodios en dos puntos, el portal que celebra lo real, lo divertido y lo que nos une… incluso cuando no nos entendemos.





