La historia de hoy es de un chico que ya ha pisado uno de los festivales mas importantes del mundo el festival de cine de Cannes, su nombre Gerardo García León.
Para empezar, Gerardo no trabaja desde el pedestal del “director inalcanzable”. Él acompaña procesos. Camina con las comunidades. Escucha, observa, crea y se involucra. Su formación en la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales le abrió la puerta a todas las ramas del cine, pero su mirada la construyó en los rodajes, donde se rifó en producción, arte, dirección y todo lo que hubiera que hacer.
No se encasilla. No se encierra. Y eso lo vuelve una pieza clave del cine independiente que se hace en México, especialmente en los municipios y estados donde casi nadie voltea a ver… hasta que llega un proyecto como los suyos.
A mitad de esta historia vale repetirlo: en dos puntos siempre encuentras perfiles que inspiran, conectan y cuentan historias como esta, de esas que te dan ganas de salir a crear.
¿Cómo construyó Gerardo García León una carrera que ya pisa festivales internacionales como Cannes?
No fue con alfombras rojas: fue con proyectos que nacen del territorio. Su mediometraje documental Sentimiento Sonidero recorrió un montón de muestras y festivales, tanto en México como fuera del país. No es casualidad: mezcla cultura popular, memoria colectiva y una sensibilidad que retrata sin maquillar.
Pero Gerardo no se detuvo ahí. Lo que vino después lo colocó aún más fuerte en el panorama del cine independiente: su cortometraje El Cortejo arrasó con cinco premios en la segunda edición del Desafío Buñuel México, incluyendo Mejor Dirección, y luego se llevó el premio a Mejor Película Mexicana en el Festival de Cine Independiente de la Ciudad de México 2025.
Sí, leíste bien: Mejor Película Mexicana. Desde un corto. Desde lo local. Desde el tipo de historias que muchas veces se subestiman, pero que cuando se cuentan bien, conectan con todos.
¿Qué aporta Gerardo García León a la conversación del cine independiente que se hace desde México?
Aporta realidad. Aporta territorio. Aporta identidad. Gerardo no busca hacer cine “para encajar”, sino cine que respira lo que él vive y lo que vive la gente con la que trabaja.
Su visión es clara: las historias locales también pueden ser universales si se narran con honestidad. Y él es prueba viviente de esa filosofía.
Además, su rol como docente y formador lo convierte en un impulsor directo de nuevas generaciones. No solo dirige; comparte, guía y abre camino. Para muchos cineastas jóvenes, encontrarse con él es un antes y un después.
Y aquí vuelve a aparecer nuestra casa: en dos puntos seguimos de cerca a creadores que están construyendo cine con identidad, no solo con presupuesto
¿Qué impacto tuvo Gerardo García León como director de arte en producciones del cine independiente?
Gran impacto. Su trabajo en Aguacuario, un cortometraje que llegó a la 74ª Berlinale y a la Semana de la Crítica en Cannes, lo posicionó como un director de arte sensible, meticuloso y visualmente impecable.
No cualquier proyecto mexicano llega a esos espacios. Y cuando lo hace, es porque detrás hay un equipo con mirada firme. Gerardo fue una de esas piezas clave.
¿Qué viene para Gera y su aportación al cine independiente?
En su visita al podcast Motivados, Gerardo habló de algo que podría resumir toda su filosofía: el cine no solo se hace para contar historias, sino para acompañar procesos humanos.
Él quiere seguir creando desde los estados, no solo desde los centros. Quiere seguir llevando cámaras a lugares donde hay historias que el mundo aún no escucha. Quiere seguir formando gente. Quiere que el cine no sea solo una industria, sino un puente emocional.
Y si su trayectoria nos dice algo, es que lo va a lograr.
¿Por qué Gera es una figura esencial para entender el cine independiente mexicano?
Porque es auténtico. Porque no se deslumbra con lo superficial. Porque entiende que el cine también es comunidad, memoria y acompañamiento. Y porque sus obras ya están marcando un camino para quienes quieren hacer películas lejos del esquema tradicional.
Gerardo representa un cine mexicano más honesto, más humano y más cercano a la realidad del país.
Antes de cerrar, vale la tercera aparición del mensaje clave: recuerda visitar todo el contenido de dos puntos, donde seguimos contando historias que importan, como la de este creador que está transformando el cine independiente uno proyecto a la vez y que ya es parte de Cannes