El reciente fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años, a causa de un accidente cerebrovascular en su residencia de Santa Marta, ha generado una ola de tributos y reflexiones sobre su vida y legado. Jorge Mario Bergoglio, el hombre detrás del pontífice, dedicó su existencia al servicio de Dios, la Iglesia Católica y los más necesitados, dejando una marca imborrable en la historia contemporánea. Sin embargo, pocos conocen la historia profundamente humana de su juventud, un capítulo donde el amor tocó su puerta antes de tomar los hábitos religiosos, se trata de Amalia Damonte, el gran amor del Papa Francisco.
💍 "Si no me caso con vos, me hago cura": el Papa Francisco y la historia de la novia que "dejó en el altar"
— Big Bang News (@bigbangnw) April 22, 2025
👉🏻 Amalia Damonte fue una noviecita de la niñez, a quien Bergoglio le prometió una casa
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¿Cuál fue el romance del Papa Francisco antes del sacerdocio?
Antes de vestir la sotana blanca y convertirse en una figura trascendental del siglo XXI, el joven Jorge Bergoglio vivió una historia de amor en su barrio de Flores, Buenos Aires. Allí, conoció a Amalia Damonte, una vecina con quien compartió juegos, ideales y los primeros sueños de la adolescencia. Su vínculo floreció cuando ambos tenían apenas doce años. La cercanía de sus hogares los llevó a pasar largas horas en el parque del barrio, donde la amistad se transformó gradualmente en un sentimiento más profundo. Amalia Damonte, en entrevistas posteriores, recordó a Jorge como un joven «grande, maduro, una maravilla de muchacho», evocando la intensidad de aquel primer amor.

La relación entre Jorge y Amalia se intensificó hasta el punto en que el joven Bergoglio decidió plasmar sus sentimientos en una carta. Según relató Amalia Damonte, la nota no solo contenía una declaración de amor juvenil, sino también una promesa que marcaría el destino de ambos. Jorge le escribió sobre la idea de construir una casita para cuando se casaran, y luego añadió una frase contundente que revelaba una vocación temprana: «Si no me caso con vos, me hago cura». Esta declaración, aunque parte de la intensidad de un amor adolescente, prefiguraba el camino que Bergoglio finalmente elegiría, pues aunque fuera Amalia Damonte, el gran amor del Papa Francisco su amor no podría concretarse.
¿Por qué Amalia no aceptó casarse con Jorge Bergoglio?
El intercambio de cartas entre los jóvenes no pasó desapercibido para los padres de Amalia, quienes desaprobaron tajantemente la relación. La reacción fue severa, y Amalia confesó en una ocasión que su padre incluso la golpeó por escribirle una nota a Jorge. La prohibición de seguir recibiendo cartas de Bergoglio puso fin abruptamente a aquel romance de infancia en Buenos Aires, un giro del destino que pudo haber alterado significativamente el curso de sus vidas.
Mientras Jorge Mario Bergoglio ingresaba al seminario, dando inicio a su trayectoria eclesiástica que lo llevaría décadas después a convertirse en el primer Papa latinoamericano, Amalia Damonte continuó su vida en Argentina. Hoy, jubilada, lleva una existencia alejada de la atención pública. A pesar de que su relación juvenil con Jorge Bergoglio no prosperó en un matrimonio, ambos mantuvieron contacto a través de correspondencia durante varios años, demostrando un respeto y un afecto perdurable más allá del romance.

La historia de Amalia Damonte y el joven Jorge Bergoglio revela el lado profundamente humano de quien se convirtió en una figura universal. Francisco no solo fue un líder espiritual; fue también un adolescente enamorado, un joven que debió elegir entre el amor terrenal y una vocación religiosa que sintió desde temprana edad. Su historia, casi de novela, nos recuerda que detrás de las figuras públicas trascendentales existen vidas personales con sus propias encrucijadas y decisiones cruciales. La elección de Bergoglio de seguir el camino del sacerdocio no solo moldeó su destino, sino que también influyó en la vida de millones de personas en todo el mundo.