Se jugó una de esas finales que ni los highlights de YouTube querrán guardar. Una especie de castigo visual para los amantes del buen fútbol. Pero ahí, entre bostezos, rebotes y errores grotescos, el Tottenham rompió su maldición: campeón de la Europa League 2025 tras derrotar 1-0 al Manchester United... gracias a un autogol de Luke Shaw. Sí, el United se disparó en el pie, y de paso, se quedó sin título y sin boleto a Europa para la próxima temporada. Vaya combo.

Del infierno al cielo: Tottenham, el resucitado menos esperado
Lo irónico no se hace esperar. El peor Tottenham en décadas se despide de su temporada más deprimente con una copa europea en las manos.
El segundo título continental en toda su historia (el anterior fue en 1991), y el primero desde 2008. Como si el universo tuviera un sentido del humor muy particular, los londinenses pasaron del ridículo en Premier a levantar un trofeo internacional. Una redención absurda… pero válida.
United: fracaso total con final catastrófico
Y si del otro lado había alguien que necesitaba más que nunca un triunfo, ese era el Manchester United. No solo por su historia, sino porque este partido era su última tabla de salvación: título, dinero y clasificación a Champions.
Pero no. Se fueron con las manos vacías, el ego roto, y la etiqueta del mayor ridículo de su era moderna. Lo más doloroso: el gol en propia puerta. Luke Shaw, que terminó haciendo el trabajo que ni Tottenham parecía capaz de hacer.
¿Esto era una final europea o un partido de entrenamiento?
Ambos equipos llegaron a Bilbao como zombies futbolísticos. Lo de la Premier había sido patético y la final no fue la excepción.
El primer tiempo fue una tortura lenta en la que solo Diallo del United intentaba despertar algo. Mientras tanto, los aficionados del Athletic, que vieron la final desde las gradas de su estadio, sufrían doble: por su eliminación injusta y por lo que estaban presenciando en su «Catedral».

El regalo de Shaw y el aguante de los Spurs
El único momento digno de emoción llegó con el autogol más tragicómico del año. Centro sin peligro de Sarr, intento fallido de Johnson… y Shaw que, en su desesperación, mete el balón en su propio arco.
A partir de ahí, el plan de Postecoglou fue simple: colgarse del travesaño, sufrir como pocos, y esperar el silbatazo final.
Manchester lo intentó… pero sin idea, sin alma y sin suerte
Hojlund tuvo el empate con un cabezazo que Van de Ven sacó sobre la línea tras una pifia de Vicario. En el descuento, el portero del Tottenham se redimió con una atajada a Shaw, el mismo que ya había firmado su pesadilla.
Garnacho entró a empujar lo que pudo, pero el United seguía estrellándose contra su propia mediocridad.
Tottenham celebra, aunque nadie quiera recordar cómo ganó
Al final, el United terminó consumido por la frustración, la impotencia y el desastre de temporada que carga a cuestas.
Mientras tanto, el Tottenham celebra como nunca, aunque sea con un fútbol que nadie querrá ver dos veces. Un título es un título, por más feo que haya sido el camino. Y si no te gusta, pregunta en Londres si les importa.