Prosigue demanda del INAH a Mr Beast

Prosigue demanda del INAH a Mr Beast

La intersección entre la creación de contenido digital masivo y la preservación del patrimonio cultural ha generado un debate significativo en México, ejemplificado por la reciente controversia que involucra al popular youtuber Mr Beast y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la demanda en su contra. Este caso subraya los desafíos que enfrentan las instituciones encargadas de salvaguardar la herencia histórica y arqueológica de una nación en un mundo de los videos de internet.

¿Por qué es la demanda del INAH a Mr Beast?

La disputa se originó tras la publicación de un video del youtuber estadounidense James Stephen Donaldson, conocido globalmente como Mr Beast. El video, titulado «Exploré Templos de 2.000 Años de Antigüedad», rápidamente captó la atención mundial, acumulando más de 70 millones de visitas en menos de una semana en la plataforma de YouTube.

Esta rápida viralidad del contenido lo colocó de inmediato bajo el escrutinio público y oficial. Las imágenes del video mostraban a Mr Beast explorando ruinas mayas de gran importancia en el sur de México, incluyendo sitios emblemáticos como Calakmul en el estado de Campeche, y Chichén Itzá y Balamcanché en el estado de Yucatán. El contenido presentaba a Mr Beast adentrándose en pirámides, explorando cuevas e incluso participando en una recreación de un juego de pelota, con el propósito declarado de destacar la antigua civilización maya.

La controversia escaló cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la entidad estatal mexicana responsable de la protección del patrimonio cultural, anunció una demanda contra Full Circle Media, la productora que representa a Mr Beast. Esta acción legal marcó una escalada significativa desde la discusión pública inicial.

El núcleo de la disputa radica en presuntas violaciones de los términos del permiso de filmación, específicamente la inclusión de publicidad de marcas comerciales dentro del video. Esta acción legal dividió rápidamente las opiniones entre las autoridades mexicanas y el público, poniendo de manifiesto un debate más amplio sobre la preservación cultural en la era digital.

¿Qué dice la demanda del INAH a Mr Beast?

El INAH afirmó que el permiso concedido era «exclusivamente para fines documentales» , pero alega que Mr Beast lo utilizó con «fines comerciales». Esta situación revela una brecha fundamental en la definición entre los marcos legales y regulatorios tradicionales para el contenido (como un documental formal) y la naturaleza fluida, a menudo intrínsecamente monetizada, de la creación de contenido digital contemporáneo.

Inicialmente, el 12 de mayo, el INAH había emitido un comunicado confirmando que Full Circle Media había tramitado «los permisos necesarios» para las grabaciones en Calakmul, Chichén Itzá y Balamcanché. Sin embargo, esta primera declaración pública fue posteriormente retractada parcialmente y reemplazada por una acusación directa de violaciones legales.

Este cambio en la narrativa del propio INAH subraya la gravedad del presunto incumplimiento. El INAH sostiene explícitamente que el permiso fue otorgado «exclusivamente para fines documentales». La acusación central es que la productora de Mr Beast «abusó de la buena voluntad» de las instituciones al utilizar la autorización concedida para crear contenido con fines comerciales manifiestos, violando así los términos acordados. Esta presunta desviación del alcance del permiso constituye la base de la acción legal del INAH.

El INAH alega específicamente que el video mostró y promocionó de manera destacada varias marcas comerciales. Estas incluyen Feastables (la línea de chocolates de Mr Beast), así como grandes minoristas como Walmart, 7Eleven, Kroger y Albertsons.

¿Cómo ha respondido Mr Beast a la demanda del INAH?

Mr Beast declaró que su equipo tiene «gran respeto por la cultura y la gente mexicana y maya«. Explicó que el propósito principal del video era inspirar a personas de todo el mundo a aprender más sobre la cultura mexicana y maya, de manera similar a su contenido anterior sobre pirámides. Esto posiciona su trabajo como educativo y culturalmente enriquecedor del patrimonio cultural.

Con respecto a las menciones comerciales, aclaró que cualquier escena que involucrara su marca Feastables fue «filmada lejos de templos o monumentos arqueológicos» por respeto a las regulaciones del INAH. Específicamente, señaló que la escena de la cena donde se hizo el chiste de Feastables no estaba cerca de ningún templo maya , lo que implica un esfuerzo consciente para evitar la comercialización directa en terrenos sagrados.

Adicionalmente, Mr Beast reveló que había financiado la construcción de pozos de agua y proyectos acuíferos en Campeche. Este esfuerzo filantrópico, aunque potencialmente ajeno a la producción del video en sí, sirve para demostrar un compromiso más amplio con la región. Además, afirmó estar colaborando con el INAH en un fondo para promover nuevos descubrimientos arqueológicos , buscando demostrar un compromiso más profundo y continuo con el patrimonio de México.

La polémica entre Mr Beast y el INAH en México cristaliza la creciente tensión entre la vasta capacidad de difusión del contenido digital y la imperativa necesidad de proteger el patrimonio cultural. Si bien la viralidad global ofrece una oportunidad sin precedentes para la promoción cultural, también magnifica cualquier percepción de uso indebido.

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